martes, 13 de septiembre de 2011

La chica del Bronx

Había una vez, una chica, que vivía en el Bronx, con su madre. La calle donde vivía, era la calle con más cotillas del borough. Ella se llamaba Diminutas gotas de agua del alba.

Ella iba todas las mañanas a casa del Lobo feroz, donde trabajaba de P.A (personal asistant), donde trabajaba siempre con gran fervor, decisión y dedicación. Eso sí, al igual que en estos tiempos modernos, cotizaba la mitad de lo que trabajaba.

Diminutas gotas de agua del alba, tenía una amiga intima, era una gata muy gatuna, que vivía y merodeaba por los tejados del midtown de Manhattan.

El tiempo libre que tenía, lo dedicaba a ser buena hija y a salir a andar por Manhattan con su amiga gata, que, a pesar de tener un nombre muy largo, ella lo llamaba Gracias las que usted me hace. Ellas dos hablaban de muchas cosas, y la gata, le enseñaba las estrellas que había en el cielo y le mostraba Manhattan, tal como ella lo veía.

Diminutas gotas de agua del alba, se llevaba muy bien con su pequeño circulo de P.M.A.M., es decir, personas allegadas a mi.  Diminutas gotas de agua del alba, consideraba a su amiga, Gracias las que usted me hace, una autentica filosofa y consejera, aunque no era así. A Diminutas gotas de agua del alba y Gracias las que usted me hace, le gustaban las mismas cosas y, por eso, pasaban mucho tiempo juntas.

El lobo feroz, era un gran trabajador y hacía trabajar mucho a Diminutas gotas de agua del alba, que cada vez tenía más responsabilidades. Incluso, iban un par de días a Connecticut.

Un día, Diminutas gotas de agua del alba dijo: " ¡Necesito un espacio! A lo que el lobo le respondió: "¡Tonterias! Necesitas salsa, quizás deberías ir a bailar..." y ella contestó: "No, gracias" y salió de trabajar cabizbaja.

Cuando la madre, la señora Bufala, la vió, supo que algo le pasaba y, en seguida, le preguntó que le ocurria. "Creo que necesito un espacio" dijo, la madre la miró decepcionada y le dijo "¡Bahh! lo que necesitas es unas zapatillas de deporte".

Salió a la calle y se encontró un conejo que gritaba "¿Dondé esta mi zanahora?". Ella había visto muchas veces al conejo y siempre hacía lo mismo. Pero ese día, se paró para ayudarlo y así, olvidarse de la cuestión que ocupaba su cabeza. Así que se paró y le preguntó "¿Puedo ayudarte?" Entonces el conejo solto un alarido, abrazo a la niña y grito: "¡He encontrado mi zanahoria!

Entonces, le contó a el su preocupación y éste le dijo "¡No! Tu necesitas amor". Ella se enfado, aunque solo un poco. Y pensó "Tengo que contarselo a mi gatira! Y se acercó a su amiga en el Rockefeller center, y la gata se puso a ronronear por sus pies.

Fueron juntas al Empire State y desde el mirador, Diminutas gotas de agua del alba le contó a su pesar, finalmente, y despues de pensarlo un rato dijo: "¡¡¡Bah!!! No necesitas salsa, porque ya tienes bastante ajetreo; ni zapatillas, si tú no corres; ni amor, porque ya tienes el corazón del conejo. Tú necesitas espacio, pero no tienes que buscar mucho, porque tu espacio, está en ti misma, aprovéchalo y disfrutalo, no todos lo encuentran y, los que así lo hacen, no todos lo disfrutan.

Anduvierón un rato, y se despidieron en Times square, con sólo un adiós y sus corazones llenos.

Dedicada a la buscadora de espacios, para que, no sólo pueda encontrarlo y disfrutarlo, sino que también pueda transmitirselo a los demás.

Besos, aunque sean pocos.

P.D.: Gracias por inspirarme. Dedicado a ti, tormento de mi tormentos, rocío de las buenas mañanas, oreja de las malas tardes, confidente de noche y estilográfica de mis medianoches.



viernes, 3 de junio de 2011

Con ojos de niño

Clara era una niña que vivía en un barrio humilde de una ciudad cualquiera, su casa era muy pequeña y, en ella, vivían sus padres, su abuela materna y su hermano pequeño, que siempre estaba en la cuna o en los brazos de mamá.

Su abuela Catalina, siempre le estaba contando cuentos, ya que le hacía sentir rejuvenecer su vieja memoria, aunque a su hija, la mamá de Clara, no le gustaba que le llenarán la cabeza de cuentos, "que ya tiene demasiada fantasía en la cabeza" decía ella. Pero a Clara le gustaban esas historias, muchas de ellas, inventadas por su abuela. Les gustaba tanto, que se levantaba y se iba a la cama con los cuentos que le contaba Catalina.

Los niños de la escuela, jugaban siempre a ser mayores, sin embargo, ella jugaba a las historias de la abuela. Clara no tenía muchos amigos en el colegio, e incluso, había un grupo que, en algunas ocasiones, le habían pegado, Clara los rehusaba y nunca se lo dijo a nadie.

Coral, la mamá de Clara, trabajaba en casa ya que "con cuidar a los dos niños, una anciana y la casa, no es poco trabajo" decía siempre Coral a su marido.

El papá de Clara, Sebastián, trabajaba en "la industria", eso le decía a Clara, cuando ella le preguntaba por su trabajo y, acto seguido, siempre le seguía un batiburrillo de preguntas, a lo que el le decía, mirándola con ojos de asombro, "hay que ver, ¡qué cosas tiene esta cría!" y se reía, con una risa tan franca, de alguien que no frecuentaba reírse, pero cuando lo hacía, contagiaba a todos en la casa.

Claro no tenía amigas en el barrio y, ésto, preocupaba en exceso a su madre, hoy al ir a recoger a Clara, hablaría con la maestra, que siempre terminaba diciendo "su hija va bien, pero se aburre pronto, no mantiene la atención...".

Ese día tendrían una sorpresa, cuando llegarán a su casa, Sebastián había llegado más apesadumbrado que de costumbre. Coral percibió que algo pasaba, pero esperó a que él estuviera preparado para contárselo. "La empresa va abrir un ERE...", "los últimos trabajadores que han entrado van al paro...".


En ese instante, Clara tiró del pantalón del padre y le preguntó "¿dondé esta el paro, papá?, "es donde van los papás que no tienen trabajo, nenita" le dijo, mientras la madre se lamentaba.

- No te preocupes mujer, buscaré otra cosa, ya veras que pronto se soluciona todo.

-Papá, ¿qué es un ERE? ¿Para que sirve?

- Es una cosa que hacen las empresas que no tienen dinero y no pueden seguir pagando a sus trabajadores.

Clara supo enseguida, que aquello era algo muy triste, por la reacción de su mamá y también aprendió otras palabra, como INEM, PRESTACIÓN, CURRICULUM, etc...

Al día siguiente, en el recreo, al entender un poco más las cosas de los mayores, jugaría con los niños al juego de "ser mayor", tambien era su intención investigar lo que sus compañeros sabían de sus papás.

Empezó el juego y se dividieron los roles, unos hacía de médicos y pacientes, otros a papás y mamás y otros a ir a trabajar.

- Yo trabajo en la fábrica, me voy a trabajar- dijo el niño rubio que estaba al lado de Clara. Ella lo miró detenidamente y le dijo: "¿A dónde vas, si hay un ERE? ¿o vas al paro o te prejubilan? ¡No lo sabes!

El niño la miró absorto, intentando descifrar que era ese trabalenguas que había dicho, cuando Clara le volvio a increpar, "Pues vete y habla con los SINDICATOS".

Los niños a su alrededor empezarón a reirse y ella comprendión que no habían entendido nada y mientras se alejaba, para jugar ella sola, como todos los días, se giró y gritó: "NO SABEIS NADAAA!





viernes, 27 de mayo de 2011

Introspección

Sopla el viento y me dejo llevar, el me lleva por caminos de perdición, quiero parar, reflexionar, como distinguir verdad o mentira en la oscuridad.. A tientas voy y busco una luz, me tropiezo con personas que escupen mentiras en mi cara, mientras caigo, me levanto y me vuelvo a caer.
Pido ayuda, extiendo la mano, quien me tiene que ayudar está haciendo la guerra, mi mano nota el frío del vacío, "¡Ayudaaa, por favor!"- grito. Alguien me sujeta debilmente, pero no tiene ojos, "sujétate fuerte" me dice y me tira hacia ella. Me siento endeble y camino sobre piedras, todo lo que conozco está lejos.
No puedo separarme de ella, me agarra fuerte, tanto, que siento mucho dolor, pero camino. Y en el camino caemos sucesivamente,  ella y yo y llega una segunda caída, y una tercera y una cuarta...
Noto Agua sobre mis pies, la marcha es dificultosa, pero ya somos seis personas.
Las heridas son mayores y, a veces, me cuesta respirar, estoy agotada y quiero parar, pero no puedo, tiran de mi y me llevan.
Alargo los brazos hacia algo y, siento vida, es el tronco de un árbol, tomo resuello apoyada en esta Madera.
Busco y busco, y me encuentro sola, quiero gritar y no me sale la voz. Entonces escucho risas, risas burlonas que me rodean y me arrojan puñados de Tierra, que manchan mi vestido. Y lloro por mi vestido sucio, por mi miseria y, mientras mis lágrimas bajan por mi cara, las risas se alejan.
Me siento en el suelo, estoy cansada, triste, consumida, hambrienta, sedienta, ciega, dolorida... Y todavía queda mucho para terminar.
Retomo la marcha y meto mis manos en los bolsillos, noto algo duro, lo saco, lo palpo, lo muerdo. Es una moneda de un extraño Metal.
Escucho una voz que me llama, pero no dice mi nombre, lo que dice es antiguo, arcano y no sé por qué me siento identificada, comienzo a darme prisa, corro, corro velozmente. Mi corazón se acelera, junto con mi respiración y noto Fuego en el pecho, es purificador.
Me detengo de golpe, me agacho y respiro jadeando, estoy más cansada y el final del camino se acerca o eso creo.
Voy pensando en mis próximos pasos, cuando me golpeo en la cabeza. Frente a mi hay una puerta, es siempre la misma puerta, con mi cabeza apoyada en la puerta, sigo andando.
Hay movimiento, pero no recorro distancia, de tanto mover los pies, hago un agujero en el suelo y, éste se hace más y más grande, y tengo miedo de que, como siempre me pasa, termine cavando mi propia tumba.
Un fuerte viento sopla y se hace cada ver más fuerte, yo sigo delante de la puerta, andando y andando, con mi cabeza apoyada en ésta. Me canso , me desgasto y no avanzo.
El viento levanta del suelo, las hojas del cambio de estación y en el fondo del agujero, en el que estoy, se forma una burbuja de Gas, me atrapa y sube. Vuelo en la burbuja.
Se oye un "click", mis ojos se abren y empiezo a ver, miro hacia abajo y veo la puerta, que empieza a quedar atrás. Ahora el camino es más fácil, ¿podré ver el amanecer?




miércoles, 25 de mayo de 2011

Te esperaré

Te fuiste un día y me dijiste:
 "volveré pronto, espérame"
yo conteste: "Te esperaré"
Sólo ibas a estar fuera un par de meses.

Mientras hacías la maleta, me dijiste:
"No vayas a aeropuerto mañana,
no quiero recordarte con tristeza"
Y gozamos de ese último momento juntos.

A día siguiente no estabas en mi cama,
no fui a despedirte al aeropuerto,
ya empezaba a echarte de menos,
"pronto volverá" me consolaba.

Pasaban los días, con sus horas,
y yo lo echaba de menos,
recibía llamadas, emails
y yo lo echaba de menos.

De día me mantenía ocupada,
trabajando, comprando, limpiando....
De noche, sola y en la cama
y yo lo echaba de menos.

Las conferencias me sabían a poco,
las cartas eran muy espaciadas
y a los emails les faltaba calor
y yo lo echaba de menos.

Los sábados caminaba por nuestro rincón favorito,
dando vueltas y más vueltas, buscando tu rastro
por algúna parte del parque María Luisa
y yo lo echaba de menos.

Un día, sonó el teléfono
y alguien decía tu nombre,
decía accidente, muerte
y yo lo sigo echando de menos




domingo, 22 de mayo de 2011

Llueve

Afuera llueve, dentro la soledad.
Soledad que se agolpa en mi suspirar.
Suspiros que vuelan libre desde mi boca.
Boca que gime de dolor.
Dolor que aplasta mi alma.
Alma vieja y ajada que no para de sufrir.
Sufrir, ¿hasta cuándo, corazón?
Corazón que late, mientras respiro.
Respiro tu nombre día y noche.
Noche eterna sin dormir.
Dormir querría como un niño.
Niño pequeño, adorable ser.
Ser y estar es el mismo cantar.
Cantar desafinado al amor.
Amor impuntual, ¡qué me haces esperar!
Esperar a que escampe,
a que deje de llover, pues,
¿no ves que es mi corazón
el que llora por ti, y es
al salir cuando se transforma en lluvia?
¿No lo ves? Por cuanto te quiero,
mi corazón se quiebra y tu no llegas,
¡Qué malvado destino,
querer a quien no te quiere!

jueves, 19 de mayo de 2011

La joven y las estrellas

Erase una vez, una muchacha tímida y recelosa del mundo que vivía en una pequeña ciudad costera. Todos los días, hacía las mismas cosas: se levantaba, desayunaba, hacia la cama , recogía la casa y salía a la calle. Paseaba por las calles peatonales y después de un corto paseo, se dirigía a comprar, unos días iba al mercado, a comprar fruta y verdura fresca y otros visitaba un supermercado, los menos.

Vigilante estricta de cumplir la rutina diaria que se marcaba, llegaba de la calle y preparaba la comida. Acto seguido, comía, recogía, fregaba, se duchaba y se iba a trabajar. Así, un día y otro, pasando los días hasta que llegaba su momento favorito, la noche del viernes, justo después de salir cansadísima del trabajo.

Normalmente iba a su trabajo andando, debido a la cercanía, pero los viernes, se llevaba el coche. El cual, preparaba con esmero, guardando en el maletero, toda clase de cachivaches.

El viernes por la tarde, era para ella sola, bueno, cualquier cosa que hiciera cualquier día, era sólo para ella, ya que estaba en la vida sola, sin familia, ya que hacía mucho que era huérfana, tampoco tenía amigos, conocidos ni pareja. Pero esa noche, ella sentía que era para ella, porque hacía lo que más le gustaba.

Salía del trabajo y se alejaba unos pocos kilómetros del casco urbano, donde ella residía, aparcaba el coche en el arcén de una carretera muy poco transitada, sacaba las cosas del maletero, por lo general, solía ser : una mochila, y una nevera portátil.

Cerraba el coche y se aseguraba que lo había cerrado, encendía la linterna que había sacado antes de la guantera y  se dirigía por un camino, a través del bosque de pinos, que muy pocos conocían. Andaba unos 800 metros y al terminar dicho camino, comenzaba una playa virgen que muy pocos conocían, y los que sí lo sabían, nunca se encontraban allí los viernes a esa hora.

Abría la mochila y sacaba algunas cosas de su interior, lo primero era, unas sábanas viejas que extendía sobre la finísima arena, se quitaba los zapatos y sacaba un par de mantas, porque, a pesar de no ser ya invierno, todavía hacía un poco de frío.

Acto seguido, abría la nervera y sacaba una fiambrera que siempre lleva una jugosa tortilla de patatas, servilletas, cubiertos, vasos y una botella de agua mineral con gas. E iluminada solamente con la linterna, comía, tan sola como siempre, aunque en ese lugar, nunca se sentía sola.

Una vez terminada la cena y recogido todos los enseres en la nervera portátil, apagaba la linterna y se quedaba un rato acostada boca arriba, mientras los ojos se acostumbraban a la oscuridad reinante en la playa.

Después de un rato, se coloca una linterna frontal, que cuando se enciende, genera una débil luz roja. Saca un cuaderno y un par de objetos más, los cuales, mira detalladamente mientras los manipula.

A partir de ese momento, ya no está sola, sino rodeada por estrellas que brillan, a saber de donde y cuando. Mira al cielo y dislumbra la osa mayor, apunta en su cuaderno unas notas, es fácil encontrar la osa menor, partiendo de la mayor. Antes de buscar más constelaciones de forma ordenada y organizada, prefiere improvisar y mirar al cielo buscando las constelaciones más fáciles de ver, como la cabeza del dragón, el cinturón de Orión, casiopea, cefeo....

Después coge los prismáticos y se dedica a observar la cúpula celeste palmo a palmo, tomar notas, mirar, volver a mirar, mientras en su cabeza se amontonan las historias que encierran las estrellas, historias de dioses humanizados, héroes, cazadores, ninfas, etc..

Se esta haciendo tarde, a perdido la noción del tiempo y empieza a sentir frío. Antes de levantarse, saca un termo y un vaso y se toma una leche calentita que le hace entrar en calor. Recoge rápido y se encamina por el bosque, precedida del haz de luz de su linterna.

Se vuelve a mirar atrás y concibe un deseo, es sólo un momento pero es, entonces, cuando desea tener a alguien con quien compartir ese tiempo en la playa, contarle las historias de las estrellas y hablar con susurros a ritmo del vaivén de las olas. Mira al cielo, como si les dijera a las estrellas, sólo os tengo a vosotras,  y se adentra por el sendero a través de los pinos. Vuelve a sus rutinas, su vida y su soledad.




lunes, 2 de mayo de 2011

¿Qué es sentir?

  • Tener mariposas en el estómago cuando me miras.
  • Una sacudida del alma.
  • Notar el frio en mi piel.
  • Caminar descalza.
  • Romper a llorar.
  • Dolor de barriga, por una larga carcajada .
  • Oirte decir "te quiero".
  • Percibir los pelos de punta de la nuca.
  • Bostezar.
  • Dormir, largo y profundo.
  • Agua caliente caer por mi cuerpo.
  • Cosquillas en los pies.
  • Cerrar los ojos y soñar despierta.
  • La brisa que arremolina mis cabellos.
  • Ver volar en libertad a los pajaros.
  • Rodar por la arena de la playa.
  • Respirar despues de estar un rato debajo de agua.
  • Amar, soñar, volar...



    viernes, 29 de abril de 2011

    QUIERO


    Quiero romperme como un cristal,
    levantar los pies del suelo y volar.
    Quiero quitarme las ataduras,
    salir de la prisión.

    Quiero llorar de alegría,
    reírme de mis tristezas.
    Quiero encontrar sin buscar,
    perder mis despistes.

    Quiero mirar al vacío,
    saltar el precipicio.
    Quiero beber para celebrar
    y olvidar sin beber.

    Quiero el azul del cielo,
    en los ojos que me miran.
    Quiero morir viviendo,
    que vivir muriendo.

    Quiero el olor de especies lejanas
    usadas en comida sana.
    Quiero un beso largo
    y una despedida corta.

    No quiero recordar,
    sino vivir cada instante.
    No quiero ver mi reflejo deforme
    en el agua del estanque.

    No quiero perder
    si no se hacerlo.
    No quiero una vida intensa
    pero corta.

    No quiero luchar sin armas,
    ni armas mortíferas.
    No quiero pagar tus deudas,
    si tu no puedes afrontar las mías.

    No quiero victorias sin esfuerzos,
    sino morir con las botas puestas.
    No quiero amor de películas,
    sólo un contigo pan y cebollas.




    Revisión del cuento de Caperucita Roja

    Introducción

    Los cuentos han tenido siempre una finalidad pedagógica, es lo que, comúnmente, se llama moraleja o enseñanza moral. En los cuentos actuales, dirigidos a un publico infantil, este aspecto del cuento es mucho más tangible. Aunque los cuentos no, necesariamente, han ido siempre destinado a los niños, ha habido épocas, en el pasado, donde el analfabetismo era la tónica dominante, se utilizaba para instruir al vulgo.
    La utilización de los cuentos, fábulas, historias, etc., hacia de los cuentacuentos, narradores, juglares, trovadores, fabuladores, actores... una profesión de futuro. Aunque, no penséis que contar un cuento es algo fácil, eso es un arte, y esos hombres tenían muy alta estima, como artistas que eran.
    Conforme la sociedad tomaba conciencia del valor de la educación escolar, y el índice de analfabetización, se hacía más bajo, los cuentos iban perdiendo su labor instructora. De ahí, que en la actualidad, los cuentos se consideran infantiles.
    Pero podrán ver, que sólo con hacer unas pequeñas modificaciones, dejan a un lado lo infantil...

    Personajes

    Lobo feroz: Playboy, hombre maduro, guapo, ligón y que ha tenido muchas aventuras amorosas.
    Caperucita: Joven ingenua, guapa y con muy poca (o casi nula) experiencia sexual.
    Abuela: Abuela joven, moderna y sexualmente activa.
    Leñador: Amante de la abuela.

    Cuento

    Erase una vez, una chica que tenia por nombre caperucita roja, un día su madre le dijo que su abuela estaba enferma, y que le llevara la comida, Pero le advirtió, que no cogiera por la calle donde estaba el "bosque", una tasca de muy mala fama, donde se encontraban los peores tipejos del pueblo. No quedándose muy convencida la madre, hizo prometer a la niña que no cogería por ahí. Caperucita salió de su casa, con una bolsa del supermercado, llena de fiambreras.

    Iba la niña tan ensimismada en sus pensamiento que, sin darse cuenta, cogió por la calle donde está el bosque, El lobo estaba en la puerta del bar, con una cerveza en la mano, cuando se fijo en caperucita, era una joven dulce y muy guapa que, casi al instante, sintió deseos. La miró de arriba abajo, parando durante un momento su mirada en el pecho de la joven y se relamió.

    - Hola Caperucita- dijo el lobo- que haces tan lejos de tu casa.
    La joven dejó por un momento su absorto pensamiento al oír su nombre y contestó- Hola, voy a casa de mi abuela, que está enferma y mi madre le manda comida.
    El lobo sintió un tremendo impulso de tomarla, allí mismo, incluso, si era necesario, forzarla.
    -No deberías bajar la calle, allí está cortada- mintió- Están haciendo obras.
    -Quizás deberías desviarte por la primera a la derecha y dar un rodeo,- volvió a mentir- o no podrás llegar.
    -Ah vale, gracias, eso haré. - se despidió la ingenua.

    Lobo la observó hasta que ella cogió por la calle por la que él le había indicado. Acto seguido, se montó en la moto que tenía aparcada justo delante del bar y se dirigió hacia la casa de la abuela de caperucita. No sabía muy bien que iba a hacer y como.

    Lobo conocía muy bien a la abuela, había tenido más de un affaire con ella, y sabía que ésta no la dejaría acercarse a su nieta. Pero vivía en las afueras de la ciudad, en un sitio tranquilo, donde él intentaría pensar cual debería de ser su siguiente paso.

    Paró la moto a unos metros de la casa de la abuela, y esperó planeando... La abuela escuchó el ruido de la moto, y supo en seguida de quien se trataba. Lobo era siempre bienvenido a su casa, y ellos habían tenido varios encuentros amorosos. Se levantó de la cama y se asomó por la ventana...

    Se alegró mucho cuando lo vio subido en la moto, con su chupa de cuero, lo hacía tan sexy... Lo llamó. Él se giró y la vio y pensó " Siempre es un placer ver a la abuela, puedo esperar dentro, le he hecho dar un rodeo muy largo y, encima, he venido en moto".

    Entró en casa, y se fundió en un abrazo con la abuela, mientras sus bocas se encontraban en un beso largoooo. No hacia falta más conversaciones, ni más preámbulos, la abuela tiro de él hacia la habitación, donde se quitó el camisón...

    Yacían en la cama, desnudos, abrazados, mientras el se fumaba un pitillo, cuando se acordó de Caperucita, la abuela hablaba y le preguntaba por el motivo de la visita, cuando pegó un respingo y se levantó, y ante la mirada perpleja de la abuela se vestía.

    - ¿A dónde vas?- preguntó sorprendida.
    -Tengo cosas que hacer....- dijo él un tanto esquivo.
    -Pero, ¿qué vas a hacer a estas horas?
    Y sin pararse un rato en pensar dijo lo siguiente- Voy a ver a Caperucita, que viene para acá y ...

    La abuela se levantó irritada y comenzó a gritar al lobo, cuando llegó junto a él, le abofeteó con todas sus fuerzas y se enzarzaron en una pelea, hubo golpes, ruido, etc...

    Al cabo de un rato, la abuela yacía inmóvil en el suelo, junto a lobo, que tenia en la mano un objeto, mientras éste reaccionaba, un hilillo de sangre comenzó a correr por la cara. Con la cara descompuesta, Lobo metió a la abuela dentro del armario, cuando de repente oyó la puerta. Estaba a medio vestir, y por error cogió el camisón de dormir de la abuela, se lo puso y pensó "mejor me meto en la cama, y me tapo, para que ella no pueda verme.

    - Soy yo, Caperucita- oyó

    Y sin saber como dijo- Abre, la puerta está abierta- Fue así como Caperucita entró y se encontró a Lobo en la cama de la abuela, al cual no reconoció pues estaba tapado casi por completo. La niña inició una conversación con la "Abuela". Al ver que la abuela contestaba sólo con monosílabos, observó más detenidamente en la Abuela, y se fijó en las facciones.

    Fue así como comenzó la famosa conversación entre Lobo y Caperucita, mas cuando él respondió "para comerte mejor", se abalanzó sobre la niña.

    Al poco tiempo, paso por allí el leñador, iba con la intención de ver a la abuela, cuando escuchó jaleo dentro de casa, debido a la relación que tenia con la abuela, tenía una llave de la casa, y vio lo que pasaba....

    El resto ya lo sabéis... como en todos los cuentos, los malos tienen las de perder. Espero que os guste y que saquéis la moraleja...





    lunes, 25 de abril de 2011

    Breve historia de la imagen de la cabecera del blog

    Me supongo, que muchos de los que hayan entrado, en este blog, habrán sabido apreciar la singular imagen, que se encuentra en la cabecera. Me gustaría imaginar, que han dedicado un pequeño instante, para observar la belleza. ¿Han reconocido la ciudad?

    Me hallaba buscando una imagen acorde al nombre del blog, y como quien espera, casi como por arte de magia, encontrar lo que una busca por google... Introduje las palabras "artista autista" en el buscador de imagenes, y así, como ocurren los pequeños milagros de la vida, apareció en la pantalla de mi ordenador una serie de dibujos, preciosos dibujos de ciudades...

    Abrí una pagina al azar y me dedique a leer, para saber algo más de esos dibujos y del autor. El cual es un joven de unos 37 años, autista, pero que tiene una capacidad para retener imagenes en su cabeza, de hecho, todos sus dibujos están hecho de memoria. Él se llama Stephen Wiltshire y es autista.

    Ha dibujado de memoria ciudades como Nueva York, Chicago, Londres, Madrid, Roma, Paris, Tokio, Sidney, etc.



    Este es el video, donde se muestra como ha dibujado la imagen de mi cabecera

    Él tiene ademas una pagina web, puedes verla aqui



    En esta imagen se encuentra dibujando New York City



    ¿Por qué artista autista?



    Muchos se preguntarán el por qué del nombre del blog. Y la cuestión es muy simple. Bien es cierto que no soy artista, ya que eso es sólo un juego de palabras, pues como podrán ver, la única diferencia entre las palabras "artista" y " autista", radica en una sola letra.

    La palabra autista tiene cierta afinidad conmigo, aunque esto, sólo lo conocen muy pocas personas, y todas muy cercanas a mi círculo.

    El caso es que artista o no, aquí se encuentra mi mundo, y dejo una puerta abierta, para todos los que deseen saber que pasa por mi mente, recuerdos, pensamientos, fantasías, deseos, etc.

    Bienvenido seais...