La biblia es un libro santo,
testimonio de la palabra de Dios, además de ser el libro más traducido del
mundo, pero ¿qué nos dice de la alimentación? ¿Deberíamos ser todos los
cristianos vegetarianos?
Dios nos da recomendaciones a
tener en cuenta a la hora de comer: “Y
dijo Dios: He aquí os he dado toda hierba que hace simiente, que está sobre la
faz de toda la tierra; y todo árbol en que hay fruto de árbol que haga
simiente, os serán para comer”.
Génesis 1, 29
Más adelante vuelve a recordarnos nuestro
deber como protectores de los animales y recomienda llevar una dieta
vegetariana: “Y bendijo Dios a Noé y a
sus hijos, y les dijo: Fructificaos, y multiplicaos, y llenad la tierra; y
vuestro temor y vuestro pavor será sobre todo animal de la tierra y sobre toda
ave de los cielos, en todo lo que se moverá en la tierra y en todos los peces
del mar; en vuestra mano son entregados. Todo lo que se mueve, que es vivo, os
será para mantenimiento; así como la verdura de hierba, os lo he dado todo.
Pero la carne con su vida, que es su sangre, no comeréis”. Génesis 9, 1- 4
¿Qué le ocurre a aquel que se aparta de
sus preceptos? En la biblia nos encontramos un claro ejemplo de lo que le
ocurrió al pueblo de Israel, que a su paso por el desierto, se cansaron de maná
y pidieron carne, Dios les envió codornices y… ocurrió esto: “Aun estaba la carne entre los dientes de
ellos, antes que fuese mascada, cuando el furor del Señor se encendió en el
pueblo, e hirió el Señor al pueblo con una plaga muy grande”. Números 11,
33
Ciertos animales sirven para la
alimentación de los cuales obtenemos: leche, miel, queso, nata, etc., siempre
que no se derrame su sangre, en la Biblia nos encontramos varios ejemplos: “Lo hizo subir sobre las alturas de la
tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y
aceite del pedernal fuerte, manteca de vacas y leche de ovejas, con grosura de
corderos”. Deuteronomio 32, 13.
“El pidió agua y ella le
dio leche; en tazón de nobles le presentó crema”. Jueces 5, 25
“Trajeron
a David y al pueblo que estaba con él, camas, tazas, y vasijas de barro, y
trigo, y cebada, y harina, y trigo tostado, habas, lentejas, y garbanzos
tostados, miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca, para que comiesen; porque
dijeron entre si: Aquel pueblo está hambriento, y cansado, y tendrá sed en el
desierto”. 2 Samuel 17,
28- 29
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