miércoles, 15 de julio de 2015

La alimentación del hombre (II)

La biblia es un libro santo, testimonio de la palabra de Dios, además de ser el libro más traducido del mundo, pero ¿qué nos dice de la alimentación? ¿Deberíamos ser todos los cristianos vegetarianos?
Dios nos da recomendaciones a tener en cuenta a la hora de comer: “Y dijo Dios: He aquí os he dado toda hierba que hace simiente, que está sobre la faz de toda la tierra; y todo árbol en que hay fruto de árbol que haga simiente, os serán para comer”. Génesis 1, 29
Más adelante vuelve a recordarnos nuestro deber como protectores de los animales y recomienda llevar una dieta vegetariana: “Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificaos, y multiplicaos, y llenad la tierra; y vuestro temor y vuestro pavor será sobre todo animal de la tierra y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se moverá en la tierra y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. Todo lo que se mueve, que es vivo, os será para mantenimiento; así como la verdura de hierba, os lo he dado todo. Pero la carne con su vida, que es su sangre, no comeréis”. Génesis 9, 1- 4
¿Qué le ocurre a aquel que se aparta de sus preceptos? En la biblia nos encontramos un claro ejemplo de lo que le ocurrió al pueblo de Israel, que a su paso por el desierto, se cansaron de maná y pidieron carne, Dios les envió codornices y… ocurrió esto: “Aun estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese mascada, cuando el furor del Señor se encendió en el pueblo, e hirió el Señor al pueblo con una plaga muy grande”. Números 11, 33
Ciertos animales sirven para la alimentación de los cuales obtenemos: leche, miel, queso, nata, etc., siempre que no se derrame su sangre, en la Biblia nos encontramos varios ejemplos: “Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del pedernal fuerte, manteca de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos”. Deuteronomio 32, 13.
“El pidió agua y ella le dio leche; en tazón de nobles le presentó crema”. Jueces 5, 25

“Trajeron a David y al pueblo que estaba con él, camas, tazas, y vasijas de barro, y trigo, y cebada, y harina, y trigo tostado, habas, lentejas, y garbanzos tostados, miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca, para que comiesen; porque dijeron entre si: Aquel pueblo está hambriento, y cansado, y tendrá sed en el desierto”. 2 Samuel 17, 28- 29


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